sábado, 30 de agosto de 2008

Esa vez la basura era lo unico que se podia patear, esa vez sonaba el metafisico en su cabeza, respiraba y mojaba su bufanda que muy alta prendia. caminaba solamente, movia una pierna y otra , una pierna y otra, caminaba a paso firme, se concentraba en sus pies, miraba hacia abajo y veia pasar las baldosas bajo sus zapatos, sus rodillas se movian solamente lo necesario, logrando asi un caminar perfecto a paso moderado y seguro. Sonaba el metafisico en su cabeza.

martes, 12 de agosto de 2008

Colegiales profundo

"La metafora era incomprensible, casi inexistente: Los cantos (extremadamente agudos e irrepoducibles) se acercan a redimir, a recomponer, a restaurar la paz del Colegiales profundo , aquella que hemos profanado los sanguinarios. Ya es demasiado tarde para arrepentirnos, ojala esta carta sirva para poder poner en palabras mi arrepentimiento. Ya es demasiado tarde. "

(Manuscrito original, encontrado en uno de los depositos de la estacion de tren de Colegiales, aquellos que fueran nombrados por Osvaldo como base contra el exterminio.)

Las calles eran rios, las embarcaciones era bienes preciados. Descascarando un caracol de agua para poder comerlo, uno de los sanguinarios mas viejos esperaba sobre su bote. Entre los antiguos residentes de Colegiales se lo conocia como "Salieri", pero para los sanguinarios (que no usaban sus nombres sino que se llamaban por numeros) era "numero 2", famoso por ser la mano derecha de Osvaldo. Numero 2 fumaba una antigua pipa, una que comprara en una de las tantas ferias que se celebraban en las casas de Villa Ortuzar, antes de que las lluvias irrumpieran con su furia atroz. Con una mano sostenia la pipa y con la otra descascaraba con gran destreza el caracol. Su fama de fanfarron lo caracterizaba. Gustaba de alardear frente a los jovenes en las esquinas del antiguo Colegiales, con su voz ronca y sus letras de tango que recitaba de memoria desde su carreta. Pero las lluvias lo habian cambiado. En el bote permanecia en silencio. Con el caracol en la mano y la pipa que fumaba con indiferencia.
Numero 2 habia dado un informe de "normalidad y calma" a su amigo Osvaldo, quien pasara con su bote minutos antes de la primera aparicion. Osvaldo ya habia remado hasta el fondo de la cuadra y habia doblado en la esquina, cuando numero 2 vio por primera vez lo que sus ojos no podian abarcar: el lomo de una ballena. Era sabido que los renacuajos y algunas cuantas variedades de peces habian adoptado el cauce de las calles de colegiales como propio, pero poco se sabia de animales de mayor porte, y mucho menos de ballenas. "Ballenas blancas" dijo numero 2 mientras dejaba caer sin pensar su pipa y el caracol. "Ballenas Blancas", tal como las habia mencionado aquel borracho que se presentaba en las reuniones sociales en el Agora situado en la calle Zarraga. "Vendran por nosotros, como ya lo han hecho, vendran a redimirnos y castigarnos" gritaba el malviviente que irrumpia en los debates que se llevaban a cabo en el Agora. No causaba mas que risas en la gente, que no podia ni imaginar la posibilidad de ballenas avanzando por el ripio y los adoquines de las calles de Colegiales.
"Ballenas Blancas" fue lo ultimo que suspiro numero 2, antes de intentar tomar inutilmente el remo, en el momento en que las fauces del cetaceo se abrian y lo hacian desaparecer de la luz que daba la luna y algunas pocas estrellas, sobre el agua de la calle Conde.