viernes, 26 de octubre de 2007

La vida electoral de un elefante, un mono y una ballena

Ni Horacio Quiroga lo hubiera imaginado. Ni tan cruel, ni tan real, ni tan animal.

Dentro de la selva la gente se acercaba (en cantidades innumerables) hacia las urnas. Llegaban, caminaban a paso firme, ingresban en los cuartos oscuros (de luz). Desplegaban largos manteles sobre las boletas que lucian los nombres de los "candidatos", apoyaban bandejas con comida: Lechón con ensaladas, Abadejo, Costillas de cerdo, Achuras, Carnes de Res, etc, etc, etc. Comían hasta el cansancio (no elegian lo que comian, la oscuridad del cuarto no lo permitia), se limpiaban la boca y las manos engrasadas con las boletas electorales. Eructaban desmedidamente, se reían, tomaban vino y, de sobremesa, comían Chocolate en Rama y tomaban Whisky o (Cognac) en finas copas de cristal.

Al salir del cuarto oscuro les devolvian el documento (Nacional y de Identidad) con un sello en la seccion de "constancias electorales":

Sello
Votó el día......................


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Presidente del comicio

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