lunes, 7 de julio de 2008

Antartida roja

El banquete era inaudito. Comparable al miedo que surge de la nada y nos deja los pelos de punta. Sin casi parar para respirar, desgarraban la carne de una vaca. Sobre lo que un tiempo mas tarde seria la avenida "El Cano". La sangre manchaba la calle/pradera. El que luego seria reconocido como "El metafisico", no compartia lo que tenia con su hermano, su hermano mayor, que ni imaginaba lo que no podia ver: los semaforos de la avenida "como cristales y pajaros que reflejan la corporidad de una gota roja sobre el diario de algun dia que todavia no vendria a buscar al metafisico..." Todo era una abstraccion, una proyeccion, una transicion de lo que hoy conocemos como "Cosmovisiones", pero que no hace mas que metaforizar el paso del tiempo entre el reinado de "el sanguinario" y la breve aparicion del "metafisico" sobre el lomo de una ballena, en la ancha inmensidad de la meseta árida de plena calle corrientes o en lo rojo de la Antartida. Lo Barroco no tenia lugar, lo atroz destruia lo abstraido: lo "metafisico". El banquete era inaudito, Platon lo sabia bien, y el quiosquero era de leer mas a los filosofos que el rioplatense.

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