martes, 4 de diciembre de 2007

Esta vez Solo

Si intentaba hacer la poesía de ese momento lo arruinaba, por suerte pensó y tiro su cuaderno al fuego.
Le quedaban unos tragos de agua raz o algo así en la cantimplora y después de ver como viajaban sus pensamientos a penetrar la capa de ozono se paro tambaleando. Ese silencio era lo mas bello que había sentido en años, se acordó del 60, de cuando volvía del centro como sardina hora y media por Libertador, se reía, se reía mucho camino al río, lo sentía correrle por la espalda. El río más hermoso hablaba, se daba a entender bañado de claridad armo un cigarro y se acostó en una playita llena de luna, no pensó en nada, no pensó.
Ahí cerca, agazapado, atrás de un matorral estaba el orden de las cosas, lo miro un rato y se fue a sentar cerca del fuego que todavía chispeaba, reviso un morral y encontró un poco de tabaco para armar. Armo tranquilo Orden, agarro una ramita y la apoyo contra la brasa mas grande, seguro de lo que hacia prendió el cigarrito. El humo se le escapaba mientras hablaba, solo.
Pensaba y parecía desesperado, Orden se nesecitaba pero no se encontraba, junto mas ramas y mantuvo el fuego una hora mas, pensando que seria agua le dio un trago largo a la cantimplora, le subieron dos tremendas arcadas y de bronca la lanzo contra la oscuridad. Escupió.
¿Que haría? lo tenia que matar el lo sabia, pero esa noche no, esa noche no estaba para trabajar, era para quedarse charlando al lado del fuego, nesecitaba alguien que lo escuche y lo entienda.
En la orilla, aquel que estaba medio dormido escucho chispear el fuego y pensó en echarse al lado de este, de camino al lecho mantenía esa sonrisa cómplice de el con el, de lo bien que estaba haciendo, de lo mucho que le gustaba esta vida, a la mañana volvería a lo de esa familia a comprar el botecito que le ofrecieron. El bote en si era una miseria pero nesecitaba un compañero, una o dos manos de pintura y quedaría perfecto, un extraño así seco no es lo mismo que un extraño con bote por acá, se respeta mas. Vio el fuego y se regodeo, estiro una lona a dos pasos largos y se acostó, con el brazo izquierdo y sin mirar buscaba la cantimplora que supuestamente tenia que estar donde la dejo, la comodidad le gano y dejo de buscarla. Puso sus manos bajo la nuca.
Vio las estrellas y lleno de aire el estomago,
- monos ballenas y elefantes, que estupidez .
Descansaron.

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