martes, 18 de marzo de 2008

Madrid 6pm

Despues de salir del museo "Reina Sofia" (a donde iba todos los dias a ver "El hombre invisible" de Dalí) fue hasta la Plaza Mayor.
Ahora escribe sentado de espaldas al sol (a lo que queda del sol en Madrid a estas horas).
Escribe en su cuaderno: "El sol: Abstracto, irreal, onirico (elemento hermosamente lisergico, disfuncional, incomprensible)."

La Guerra de Irak se adueñaba hace semanas de las portadas de todos los diarios y de los noticieros de televisión.
Se acerca un joven argentino que está trabajando de mozo hace ya varios meses:
"Buenas tardes señor, ¿que le sirvo?"

"Un balón y una porción de pulpo a la gallega joven..." respondió sin levantar los ojos de su cuaderno Rivadavia rayado.
"Voy a tener que pedirle a Mario que me mande más de estos cuadernos, aca no los hacen tan buenos" pensó.

Llegó la cerveza y el pulpo, los miró de reojo y vió que habia ademas un platito con morcillas.
"Morcilla de Burgos señor, cortesía de la casa" dijo el joven argentino.
El hombre asintió sin mirarlo y continuó garabateando su cuaderno: dibujaba dragones, flores, escribía frases que le venían a la mente desde algún recondito lugar de su inconsciente.
Dió un trago largo a la cerveza. Apoyó el vaso con una mano, y con la otra agarró un pedazo de pulpo, para llevarselo a la boca y darse cuenta luego, de que habia manchado con tinta las hojas de su cuaderno, sus dragones, sus flores y sus frases.
Sonrió al darse cuenta de que un hombre que estaba leyendo una revista (que tenia a Bush en la tapa y una elefante rosa en la contratapa) habia sido testigo de la desafortunada situación.

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